viernes, 12 de septiembre de 2008

LOS MAESTROS SE ENFRENTAN A SU EXAMEN MÁS DURO: LA SOCIEDAD (ANDANTE )

El cuerpo docente se siente desprotegido por la falta de respaldo social y la presión de fenómenos modernos como la multiculturalidad, las nuevas tecnologías y las complicadas relaciones con los padres.

La lustrosa manzana con la que los alumnos obsequiaban al profesor al entrar en clase ha recibido la visita de un gusano muy particular: el reproche. Los malos datos acumulados en diversas pruebas por los estudiantes españoles han dado la señal de alarma y la sociedad parece estar cada vez menos satisfecha con sus docentes. La obra social de Caja Madrid, en colaboración con la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), ha realizado una investigación sociológica para conocer las vivencias de los profesores desde dentro del aula, una visión que ha resultado bastante negra.

En el sistema educativo actual domina una falta de respaldo social y "una visión desesperanzada sobre el propio rol" del profesor, según el responsable del estudio, Ignacio Mejías. Algo que se nota en las aulas, ya que uno de cada cuatro profesores ha sido víctima de agresiones verbales o físicas.

La situación actual de la enseñanza está marcada por la minusvaloración del trabajo del educador y por la percepción de los estudios como un mero trámite para colocarse en el futuro. Una concepción que ha destronado al maestro para dar paso a la figura del docente, un funcionario más en la cadena que ofrece sus servicios como llave para obtener un título y no como guía en el camino hacia la madurez del alumno. Ignacio Calderón, representante de FAD, ha alertado sobre esta situación ya que, ante todo, se debe "evitar que la educación se convierta en una sociedad de servicio, donde cada uno busca simplemente su propio beneficio".

La actuación política, lejos de plantear una solución, agrava la inestabilidad de la situación. Ningún gobierno parece dispuesto a tomar medidas a largo plazo por razones electoralistas, por lo que es complicado establecer modelos educativos estables. Un desequilibrio empeorado por la dificultad de consensuar un pacto de mínimos entre los partidos que, en la práctica, convierte a la educación en un arma arrojadiza para ganar votantes.

Los docentes no sólo se ven presionados por las expectativas de una sociedad cada vez más utilitarista, sino que también se sienten desprotegidos por los constantes cambios que les rodean. La escuela, en contraposición a la mutable sociedad, tarda en adaptarse. Por lo que los profesores reclaman una formación específica que les ayude a afrontar fenómenos como la multiculturalidad creada por la inmigración, el uso de nuevas tecnologías y la relación con los padres. Este último es uno de los problemas principales, ya que "la escuela no tiene ninguna oportunidad de educar si no hay una implicación de la familia". Muchos progenitores no se interesan lo suficiente por la educación de sus hijos y dejan la responsabilidad en manos del profesor con la excusa de "ya lo aprenderá en la escuela", mientras que, a la par, son desprestigiados y desautorizados por las familias.

Responsabilidades esquivas
Aunque la solución al conflicto no se vislumbra con facilidad, Carmen Guaita, portavoz del sindicato ANPE insta a "dejar de echarse la pelota de la culpabilidad de unos a otros" y a aceptar las responsabilidades. Los profesores deben encargarse del conocimiento y de la educación en convivencia, mientras que "si un niño está hasta las dos de la mañana viendo un reality en la televisión, no es un cometido del maestro". Junto al profesorado, la familia, los políticos y los medios de comunicación, se sitúa otro responsable que tendemos a olvidar: el propio alumno, que es, en último término, el que decide qué hacer y cómo repartir su tiempo. Guaita también señala como camino para solucionar los conflictos el ser conscientes de que la información no es conocimiento. Mientras que a la información se acude fácilmente a través de libros y de Internet, para procesarla y asimilarla, se necesita un profesor.

Últimos datos
·
Un padre ha sido condenado en Málaga a un año de prisión por agredir a un profesor.
· El 90% de los profesores ha presenciado actos de violencia dirigidos a profesores o a alumnos.
· El 45% de las agresiones a los maestros son de los padres.

Publicado en EXPANSIÓN.COM el 01/08/2008, por Marta Gómez-Garrido