lunes, 8 de diciembre de 2008

REVOLUCIÓN EN LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS ( vivace)


UNA NOTA DE HUMOR


El nuevo iJam 5Js ha de convertirse en el complemento ideal para la integración de las TIC en el aula, este nuevo y revolucionario invento será la clave para que la integración plena de las nuevas tecnologías en el aula se haga una realidad. Cansado de postear en tu blog de aula, harto de calibrar tu pizarra digital, aburrido de tus redes sociales..., el iJam 5Js te aportará toda la energía que necesitas.

La familia del iJam se compone de diferentes productos con un fin común: disfrutar de las nuevas tecnologías!!!

Imprescindible hacer la visita guiada para familiarizarse con el manejo de este nuevo aparato.

Post Original: Tomado de Tecnotic.com


sábado, 6 de diciembre de 2008

IMPONER POR LA FUERZA: CUANDO SE AGOTAN LOS RECURSOS (lento)

Una de las características de la disciplina positiva es la de evitar los métodos punitivos y el castigo físico.

Sin embargo hay momentos en los que los niños nos desafían y retan y se niegan a aceptar las consecuencias que se les aplican.

Esto es más probable que ocurra cuando se comienza a utilizar las técnicas de disciplina positiva con niños a los que se castigaba anteriormente.

Bien, supongamos que hemos aplicado la técnica del tiempo fuera, rincón o pausa obligada y el niño se niega a irse a su habitación, tal como se le había advertido que ocurriría si no mejoraba su conducta.
¿Qué podemos hacer?

Nuestra obligación como padres es educar, enseñar al niño a respetar las normas y límites que previamente se le han marcado. Por lo tanto no tenemos más remedio que imponernos por la fuerza.

Imponerse por la fuerza no es pegar ni causar daño físico. Se trata de actuar sin violencia. Con determinación le llevaremos de la mano a su habitación, si se trata de que debe hacer una pausa obligada o tiempo-fuera. Si se resistiera, tendríamos que llevarlo en brazos. Si el niño no quiere quedarse y se escapa tendremos que cerrar la puerta.

Nuestro comportamiento como padres debe ser sereno, evitando gritar, pero firme. Si nuestro hijo ha perdido el control, nuestra obligación es ayudarle a recobrarlo.

No podemos quedarnos impasibles ante la resistencia y el rechazo a las normas.

TÉCNICAS PARA PONER LÍMITES (allegro)

Voy a referirme a 3 sencillas técnicas para evitar que los niños cuestionen o se resistan a las normas y no se salten los límites que sus padres se ven en la obligación de ponerles para su educación.
Se trata del Procedimiento de Verificación, la Técnica del Corte y la Tregua. Estas técnicas están recogidas en “Poner Límites”, de Robert J. MacKenzie.

1- El Procedimiento de Verificación:

Con esta técnica intentamos asegurarnos que el niño ha entendido lo que le hemos pedido que haga.
En ocasiones damos una orden o petición y vemos que el niño está enfrascado en un juego o actividad. En ese momento al ver que no responde a nuestras demandas nos queda la duda de si nos ha oído.
Mejor que esperar o comenzar a repetir una y otra vez, será ponernos enfrente de él y verificar: ¿Puedes decirme lo que te he dicho?, o ¿Has entendido lo que dije?, o ¿Qué te he dicho?
En cuanto que nos responda que lo ha entendido ya estamos seguros que asume la responsabilidad de hacer lo que le hemos dicho o las consecuencias por no hacerlo.

2- La Técnica del Corte:

El objetivo de la Técnica del Corte es poner fin a las quejas, intentos de negociación, discusiones, etc., con las que el niño intenta dejar de cumplir lo que se le ha ordenado.
Con la técnica del Corte, “cortamos” dichas quejas, etc., diciéndole que si continúan aplicaremos una consecuencia.
Por ejemplo, recordamos a un niño que tiene que sacar la basura. El niño responde que le toca a su hermano, que lo hará luego, etc. Con esta técnica se le diria: ‘Puedes sacar la basura o quedarte sin ver la TV el resto de la tarde. ¿Qué prefieres?’
Poner limites exige ser firmes, tanto a la hora de cortar una discusión como de aplicar una consecuencia.

3- La Tregua:

El objetivo de la Técnica de la Tregua es aplazar la solución de un problema surgido en la relación padres-hijos hasta que ambas partes se calmen y recuperen el autocontrol.
El actuar bajo los efectos de la ira o el enfado hace que se tomen decisiones cargadas de emoción y precipitadas de las que probablemente nos arrepintamos una vez recobrada la calma.
Si son los padres los que se encuentran alterados pueden decir en esas circunstancias: ‘Estoy muy enfadado y necesito que se me pase antes de poder solucionar esto. Me iré a mi habitación y una vez que me calme trataremos este asunto’.
En el caso de que el que se encuentre alterado sea el niño podemos decirle: ‘Te veo algo nervioso. Dentro de un rato cuando te hayas calmado continuaremos hablando’
Con esta tregua se consigue que los problemas se vean más con más serenidad y sea más fácil llegar a una solución constructiva.