sábado, 6 de diciembre de 2008

IMPONER POR LA FUERZA: CUANDO SE AGOTAN LOS RECURSOS (lento)

Una de las características de la disciplina positiva es la de evitar los métodos punitivos y el castigo físico.

Sin embargo hay momentos en los que los niños nos desafían y retan y se niegan a aceptar las consecuencias que se les aplican.

Esto es más probable que ocurra cuando se comienza a utilizar las técnicas de disciplina positiva con niños a los que se castigaba anteriormente.

Bien, supongamos que hemos aplicado la técnica del tiempo fuera, rincón o pausa obligada y el niño se niega a irse a su habitación, tal como se le había advertido que ocurriría si no mejoraba su conducta.
¿Qué podemos hacer?

Nuestra obligación como padres es educar, enseñar al niño a respetar las normas y límites que previamente se le han marcado. Por lo tanto no tenemos más remedio que imponernos por la fuerza.

Imponerse por la fuerza no es pegar ni causar daño físico. Se trata de actuar sin violencia. Con determinación le llevaremos de la mano a su habitación, si se trata de que debe hacer una pausa obligada o tiempo-fuera. Si se resistiera, tendríamos que llevarlo en brazos. Si el niño no quiere quedarse y se escapa tendremos que cerrar la puerta.

Nuestro comportamiento como padres debe ser sereno, evitando gritar, pero firme. Si nuestro hijo ha perdido el control, nuestra obligación es ayudarle a recobrarlo.

No podemos quedarnos impasibles ante la resistencia y el rechazo a las normas.

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