Esos locos que enseñan, yo los conozco. Los he visto muchas veces. Son tipos raros: algunos salen temprano por la mañana y están en la escuela una hora antes; otros recorren todos los días unos cuantos kilómetros de ida y otros tantos de vuelta con el ánimo de enseñar… ¡CON EL ÁNIMO DE ENSEÑAR!
Los he visto muchas veces y creo que están mal de la cabeza. Algunos dicen de ellos que viven muy bien… son funcionarios –ya sabes- de esos a los que les han recortado el sueldo pero que siguen trabajando incluso más que antes. Dicen que disfrutan con lo que hacen, aunque la sociedad y los padres lo discutan todo y les quiten autoridad, ellos siguen en sus trece…tipos raros, ya digo.
Os aseguro que los he visto y me ratifico: “no están bien de la cabeza” Salen de excursión con sus alumnos y se encargan de gestionar autorizaciones, recogida de dinero, responsabilidades que nadie les manda asumir…Por la noche sueñan con el colegio, se les aparecen los planetas, los ecosistemas y personajes históricos. He oído que llegan muchos días cargados con cuadernillos y exámenes a la escuela que han corregido la tarde anterior en su casa, con el orgullo de la tarea hecha. Muchos días se quedan para hacer cursos de formación y no les importa perder su tiempo de ocio para reciclarse. Algunos dicen incluso que son autocríticos y que hacen balance de sus experiencias educativas…que se frustran cuando no salen las cosas como esperaban, pero que se alegran y emocionan cuando sus alumnos avanzan y progresan en sus estudios Son mujeres y hombres como los demás: casados, solteros,...de diferentes edades, pero todos dicen que les apasiona su trabajo: “ver crecer a sus alumnos, ayudarlos y conseguir de ellos ciudadanos competentes…” ¡LOCOS DE REMATE, VAMOS!
En verano, Navidad y Semana Santa les dan vacaciones, pero no desconectan del todo. Piensan en sus clases, preparan tareas para el regreso o para el curso siguiente. Durante el curso hablan mucho, algunos llevan caramelos de menta, miel y limón en los bolsillos, otros llevan una botella de agua a su lado. Su garganta siempre está dolorida, pero siguen enseñando, a veces fuerzan su voz, pero siguen transmitiendo sus conocimientos con cariño e ilusión.
Concluyamos que no están bien de la cabeza…pero les aseguro que yo los he visto. Dicen que algunos de ellos fueron muy importantes y que siempre tienen una palabra de aliento para el que la necesita… Ellos dicen sólamente que son MAESTROS y que se sienten MUY ORGULLOSOS DE SERLO.
